30 de abril de 2011

¡AAUU!


Prefiero recordarle así, como el gran artista que fue, con el disco más vendido de la historia, el multiinstrumentista, el compositor de éxitos imperecederos, el activista de las causas por los más necesitados (USA for África, con el apelotante We are the world compuesto con Lionel Ritchie, además de los 300 millones de dólares que destinó a causas benéficas).


Otros lo harán mejor que yo. Otros lo dirán mucho mejor. Algunos incluso habrán sido fans de toda la vida. La verdad es que yo nunca lo fui. Nunca me gustó demasiado. Lo siento, me daba grima.


Ni su estética hiper hortera (calcetos blancos para ver a Reagan, no sé cómo no le mandó a Nicaragua, por favor...), ni lo blandito, ni su máscara, ni su guante de brillantes (que se ponía por una quemadura que sufrió rodando un anuncio de Pepsi), ni Neverland, ni los bailecitos, ni los grititos, ni el moonwalk, ni que fuera novio de Brooke Shields, mi fantasía infantil.


Creo que ese último puede ser el motivo de que no le aguantara.


Pero, no cabe duda, era una gran artista, quizá el más grande del fin de siglo XX, recogiendo el testigo de Elvis (y a su hija, de paso) para convertirse en la caricatura de lo que fue: de rey niño del funky, al niño rey del pop.



Cork, Irlanda, 1988. Un adolescente apolladao andaba cruzando la calle mirando a la derecha cuando un bocinazo hizo que saltara. Por la izquierda ("Idiota, que estás en Irlanda, se circula por la izquierda") frenó una limusina negra e hizo que el adolescente se quedara cuajado. Andaba la ciudad revuelta porque MJ actuaba al día siguiente con su gira BAD. La limusina se fue y el adolescente se hizo una foto acto seguido con un cartel a tamaño real del artista. La debo tener en algún sitio...


Hace pocos años, coincidí con un pseudo artistilla integrante de la pandilla basurilla en un concurso ridículo de talentos musicales, en una lamentable discoteca de un cutre pueblo de la periferia de Madrid. La emisora le invitaba a las copas, así que se animó a contarme que a principios de los setenta, en su fugaz apogeo, los de la compañía radiofónica en la que trabajaba le pidieron que se encargara del hermano pequeño de un grupo de hermanos negros que estaban de visita en España. Los mayores querían ir a un tablao, conocer la noche madrileña, la spanish fiesta, así que el pequeño Mikey se quedó en casa de este pseudo artista. Cenó unos macarones con tomate y un vaso de leche.


Me pasa un poco como con los Beatles (por cierto, MJ compró los derechos de sus canciones poco después de grabar con Paul McArtney el "Say, say, say", otro tremendo éxito, motivo por el cual se dejaron de hablar para siempre). Como decía, me pasa un poco como con los Beatles: son geniales, son incombustibles, son la bomba, pero soy más Rolling. Ahora bien, me encantan casi todas las versiones actualizadas de los Beatles, incluso esta de MJ.


El negro que quiso ser blanco, al que no le gustaba su nariz ni su pelo afro, que no tuvo niñez y la quiso recuperar de adulto, que fue transportado de la cruda realidad de un padre cruel a la fantasía de un mundo de sueños, que supo reírse de sí mismo en MIB y ayudar a Bart Simpson a felicitar a Lisa, el artista salido del arroyo que controlaba al milímetro su mundo real y se dejó llevar por el de la fantasía.


Pero, ¿cuál es el origen del famoso bailecito y esa estética que ahora nos resulta tan ochentera (y hortera)? Impresionante documento de la película de 1974 "El Principito". Atentos a la estética, los zapatos, el sombrero y los pies.



Bob Fosse fue un bailarín, coreógrafo, actor y director de cine, maestro de maestros en la época dorada del musical en Holywood. Suyas son coreografías que triunfaron en Broadway, y sobre todo es conocido por batir al mismísimo "El padrino" de Coppola en 1972, al ganar el Oscar al mejor director por "Cabaret". También es suya la excesiva y maravillosa "All that jazz" de 1979, probablemente una autobiografía de su vida, y también una premonición de su fin, sólo 8 años después.


La pregunta es obligada. ¿Debemos también atribuirle a Bob Fosse el mérito de ser la inspiración final (no olvidemos a Fred Astaire y al resto de bailarines negros en los que se basó) de los bailes y/o la estética del inimitable MJ?


Seguramente sí, no tiene nada de malo imitar y hacer propio el estilo de los demás. Creo que eso no le hizo ni mejor ni peor a MJ. Más bien, le hizo único, como a todos sus antecesores.

22 de abril de 2011

Pequeños frikis

Venga, no nos engañemos. Un friki nace, no se hace. Uno no elige ser un amante de la saga Star Wars, de Matrix, Star Treck, Battlestar Galactica o el Señor de los Anillos. Simplemente lo ves, está ahí dentro, buscando una válvula de escape para manifestarse.


Cuando uno simplemente lo es, lo mejor es aceptarlo cuanto antes, dejarse llevar y disfrutarlo. Personalmente no soy muy jugón, pero reconozco que los juegos también tienen su punto. Yo soy más de juegos de aventuras (tipo Príncipe de Persia) pero hay una verdadera legión de trekkies, narutos o warcrafteros, deseando que llegue el día de su cosplay para sacar a la calle y exhibir su frikismo. Incluso soy partidario de institucionalizar el día de la toalla (25 de mayo, día del orgullo friki), que como todo el mundo sabe, es el elemento más importante del universo.
Lástima que no haya muchas frikis así
Separando los tipos de frikismo (super héroes yankis, manga, sagas galácticas o simplemente coleccionismo), soy de la opinión de que los frikis han existido siempre. ¿No era Cervantes un friki de las novelas de caballería? ¿No lo eran Borges o Gabriel García Márquez con su realismo mágico? ¿Y Kafka, convirtiéndose una mañana en un insecto, o Jonathan Swift, llevando a Gulliver a Liliput, o el barón de Münchhausen, descojonándose de todos nosotros después de tres siglos, u Homero, describiendo las aventuras de Ulises, posiblemente el caradura más grande de todos los tiempos?
Las verdaderas palabras de Ulises cuando llegó a Troya fueron:
HOYGA, HESTO HES TROLLA?
PUES TRINKAME LA POYA
Así que de ocultarlo nada, salgamos del armario del frikismo y estemos orgullosos de que nos guste lo que nos gusta, y además que lo disfrutemos. Para mí, donde esté un buen capítulo de Futurama, que se quite La Señora.


Una buena muestra del frikismo internacional es lo que puede hacer un viral en Internet. Hace unos meses, Volkswagen realizaba un descacharrante spot homenajeando a esos pequeños frikis que pululan por todas partes:



La coña marinera viene de la campaña de promoción de Thor, la nueva película de Marvel dirigida por Kenneth Branagh, en la que no sólo utilizan la idea del spot anterior, sino que le dan otra vuelta de tuerca con la mitología de la propia Marvel (fijaros en los detalles, el fondo de la muñeca, el nombre del perro, la taza de la madre, el logo y la matrícula del coche...) Mirad el resultado:


Estoy seguro de que estos publicistas, además de haberse ganado el sueldo, han conseguido que legiones de frikis le den una oportunidad a la película y vayan al cine. De eso se trata, no?

21 de abril de 2011

Alegato por la ignorancia

No se trata de menosprecio ni de rechazo. Se trata de hartura contra la tontuna barriobajera que llevamos décadas promocionando. Primero, vamos a ver este breve vídeo:




“Creo que es mucho más interesante vivir sin saber que tener las respuestas equivocadas”

Y esto lo dice el señor Richard Feynman, ganador del premio Nobel de Física en 1965 por estudiar las interacciones subatómicas y creador de los famosos diagramas de Feynman. Además de excelente percusionista, vividor y asiduo a bares de top less.

Me miro a mí mismo y miro a mi alrededor. No siento compasión por nadie incapaz de escribir una frase sin meter dos o tres faltas de ortografía. Está en cada uno valorar el lenguaje y querer hacerse entender. Incluso recuerdo vagamente que a mi hermano abogado le rechazaron varios escritos en los tribunales por las faltas de ortografía. Sin embargo, tres cuartas partes de mi formación es científica (no “de letras”) y reto a cualquiera a que encuentre una falta ortográfica en todo este blog. No es que sea más listo que nadie, sino que me preocupo de pasar el corrector y repasar varias veces para minimizar daños. Es decir, pierdo el tiempo en hacerme entender.

Pero otra cosa muy distinta es no tener ganas de saber, de hacerse entender. Y no me refiero precisamente a la ortografía, sino al mundo que nos rodea. Esta es la época de la Humanidad en que más cerca está la cultura al ciudadano: Internet, libros, estudios, becas… Pero salgo a la calle y me encuentro cosas como estas:

El "silvato"...
Y los "pationadores", ambos en la feria navideña de la Plaza Luna en el centro de Madrid
Quedan muy graciosas en las series de “Expresiones Gráficas…”, pero no deja de ser dramático que ésta sea la cultura (¿no-cultura?) que vemos diariamente, incluso en prensa escrita de tirada nacional:

Diario Marca, 6 de abril de 2011
Vale, llamadme talibán ortográfico, me da igual. Pero insisto, hay algo peor que no saber, y es no saber y creer que se sabe. Si vas a escribir algo que van a leer los demás, coño, al menos asegúrate que no está mal escrito y pierde el tiempo en repasar. Todos somos ignorantes, pero, en el mundo que nos ha tocado vivir, presumir de ser inculto debería ser delito.

Mi abuela, nacida en 1904, apenas sabía escribir su nombre correctamente y poco más. En aquella época, en España también se moría de hambre y el burro era el medio de transporte masivo, eso el que tuviera dinero para uno. Más de cien años después, ya nadie se muere de hambre en España y conducimos cohes, pero seguimos con la misma lacra.

Fuente aquí
Lo peor es que en la situación actual, donde parte de la generación nacida en los 80 que eligió trabajar aprovechando el boom de la construcción apenas tiene interés en mejorar, y programas donde ordinarias elevan las audiencias hasta cotas insospechadas, nada cambia. Es la misma generación de los mejores preparados de la historia de España, los que han crecido entre ordenadores e internet. 


Dice el maestro Terry Pratchett que “es la imaginación, no la inteligencia, la que nos hace humanos”. Y yo añado, es el interés, no la obligación, lo que nos hace mejores.
Por favor, no os dejeis llevar por la falta de ganas o el derrotismo del “ya soy mayor para estas cosas”. Lee y aprende sin miedo a quedarte a medias, porque el sabio no es el que sabe mucho sino el que sabe encontrar lo que necesita, y el conocimiento es el alimento del alma. No lo sabrás todo, pero tendrás dudas, muchas dudas, cuantas más dudas mejor. Significará que empiezas a darte cuenta de lo mucho que desconoces, de lo mucho que te falta por conocer. Y esas dudas, una vez resueltas, darán paso a otras, más complejas, que también resolverás para enfrentarte a otras dudas mayores. Y entonces sí podrás llamarte a ti mismo ignorante, porque querrás alimentar tu alma para enfrentarte a dudas mayores, cada vez querrás más. Serás un ignorante, y a mucha honra.

  • "Todo lo ignora quien nada duda" (Conde de Rebolledo)
  • "Desgraciados los hombres que tienen todas las ideas claras" (Louis Pasteur)
  • "No es sabio el que sabe muchas cosas, sino el que sabe cosas útiles" (Esquilo)
  • “Equivócate, equivócate y vuélvete a equivocar pero cada vez equivócate mejor" (Samuel Beckett)
  • "La lectura es una conversación con los hombres más ilustres de los siglos pasados" (Descartes)
  • "La inteligencia embellece a la gente" (Oriana Fallaci)
  • "No digas todo lo que sabes, pero procura saber siempre lo que dices" (Matthias Claudius).
  • "Una tontería sigue siendo una tontería aunque sea dicha por 50 millones de personas " (Anatole France)
  • "El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho" (Cervantes)

3 de abril de 2011

Las canciones ESPAÑOLAS de mi vida

Continúo con el post que, a mi parecer, había quedado cojo, hablando de las canciones que han puesto banda sonora a mi vida. Esta vez son canciones españolas, aunque me vais a permitir que haga trampa con algunas de las reglas que yo mismo me propuse: ni son diez, ni son estrictamente españolas o cantadas en español, ni he podido evitar repetir autores, aunque he sintetizado todo lo que he podido.


Sin ellas, la banda sonora de mi vida estaría ciertamente incompleta, aunque todas me siguen poniendo los pelos de punta, especialmente la última. Me ha resultado curioso que es bastante difícil encontrar algunas canciones en youtube, sólo versiones y actuaciones en directo, cosa que no me ha pasado con las del post anterior. Es que ya se sabe que la mano de la $GA€ es larga (sobre todo la que recauda) y eso de difundir la cultura tiene un precio.


Como en el post anterior, están en orden cronológico y las acompaño de una breve explicación, espero que os gusten. Amigos, pasen, vean y disfruten.


1º Alaska y Dinarama – Cómo pudiste hacerme esto a mí
Aunque cueste creerlo, hubo un tiempo en que durante las navidades, la televisión emitía programación infantil por la mañana. Tengo recuerdos vagos de Teresa Rabal en Juvenalia, de pasarme media mañana esperando la peli de dibujos japoneses (ahora se les llama ‘manga’), de escuchar esta melodía pegadiza que imitaba las cabeceras de los seriales yankis de la época (Los Colby, Falcon Crest, etc), incluso de tararear con algunos colegas de clase frikis el estribillo. Ahora sé que el talento de Carlos Berlanga hizo este milagro de dar calidad a un refrito con pretensiones de la movida madrileña. Después vendría ese milagro televisivo irrepetible que fue “La bola de cristal”, pero esa es otra historia.



2º Radio Futura – No tocarte
Ya he dicho alguna vez que mis hermanos fueron indirectamente mis mentores musicales. Cuando Radio Futura editó “La ley del desierto/La ley del mar” se revolucionó el mundo musical español con un disco fantástico de principio a fin que marcaba un estilo propio. Estos punkarras encubiertos convertían su “Escuela de calor” en un himno multigeneracional. Recuerdo que me llevé el vinilo un fin de semana para escucharlo, y el domingo por la noche mis hermanos casi me matan porque no habían podido pincharlo en la discoteca (menos mal que no lo rayé). “No tocarte” me gustaba especialmente porque no la entendía, aunque suponía que hablaba de cosas de mayores. Vamos, de sexo. Esta versión con Miguel Ríos es lo más parecido que he encontrado a la original.



3º Camino Soria – Gabinete Caligari
En el último momento, grabé el disco completo de Gabinete antes de irme a Irlanda durante dos meses. No podía imaginar que marcaría un antes y un después en mi madurez musical. Es una pequeña gran joya de la música española, un disco de los que ya no se hacen, con canciones eclécticas entre las que destaca especialmente este grandísimo tema que puede escucharse hasta el infinito. En un programa que presentaban el Gran Wyoming y Óscar Ladoire llamado “A media voz”, Gabinete interpretó esta versión en directo que es para caerse de la silla (bendito youtube).



4º Hace tiempo – Héroes del silencio
Aquí hablamos de palabras mayores. Los Héroes han marcado mi vida, para mí han sido como para otras generaciones fueron los Beatles o los Rolling. Ni sé las veces que les he visto en directo, siempre que pude, incluso cuando eran teloneros. Melodías y letras que me han hecho volar desde aquél 1988 en el que aborrecí el “Héroe de leyenda” (y lo sigo aborreciendo). Casi todo su repertorio es para enmarcarlo en la pared de la nostalgia, pero esta canción tiene un significado muy especial para mí. Recuerdos adolescentes de añorar a mi primer y último gran amor tumbado en la cama con los cascos a todo volumen, rabiando porque era imposible, porque sabía que éramos unos críos y cambiaríamos, y yo no quería cambiar lo que sentía. Lo irónico es que conseguí no cambiarlo.



5º Cuando el mar te tenga – El último de la fila
A veces me pasa, que hay grupos que no me gustan, que no soporto. La voz, el estilo, no sé, pero no puedo con ellos. Y a veces también me pasa que esos grupos publican una canción que me fascina. Es el caso de esta preciosidad cargada de positivismo, que me hacía sonreír cuando estaba jodido y me animaba cuando ya no podía más. Merece estar aquí por ello, y porque recoge ese proverbio árabe tan de aplicación “si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir”, porque habla de aparecer cuando nadie mira, de no hablar de amor sino de hacerlo, de irse lejos, muy lejos...



6º Para no olvidar – Los Rodríguez
En los 90 tuvimos la enorme suerte de poder escuchar a este fantástico grupo rebosante de talento por todos sus integrantes individualmente, conformando un todo maravilloso llamado “Los Rodríguez” (en mi opinión, por separado sólo Calamaro se salva). Con “Para no olvidar” me pasó como con One de U2, fue un amor a primera vista, un acto irremediable de enganche instantáneo, con descripciones muy precisas de mi vida en aquél 1996. Una canción en la que el talento sobrepasa cualquier expectativa y la guitarra de Raimundo Amador acompaña con alegría una letra bendecida por la inspiración. ¿Para qué contar el tiempo que se ha ido?



7º La flaca – Jarabe de palo
Todo el mundo está harto de la cancioncita, incluso el mismo Pau Donés lo está, según dijo en el libro que acompaña “Orquesta reciclando”. Pero no lo puedo evitar, la escuchaba en el 96 antes de que se hiciera famosa, en un magnífico álbum debut que traía lirismo y medio tiempo a una vida que andaba un poco perdida. Un día me encontré con Pau Donés en Malasaña, y me resultó chocante ver que ese mequetrefe mal vestido había compuesto canciones tan imprescindibles. La saqué con la guitarra con poco esfuerzo y siempre ha sido uno de los hits más solicitados en fiestas y borracheras. La pregunta es cuántas flacas habrá habido.



8º Encadenados – Búnbury
Sorprendió a propios y extraños con un disco que no tenía absolutamente nada que ver con lo que había hecho hasta el momento. Búnbury se reinventaba empezando de cero, mezclando música electrónica con su chorro de voz tan particular. Al principio no pude con él, un creyente de los Héroes como yo no podía simplemente tragar con todo. Pero coincidió con la época en que empecé a aceptar que la música electrónica me gustaba (un proceso largo y delicado, además de arriesgado) y él también lo aceptaba. Elijo ésta canción porque nunca se la he escuchado en directo, con lo que no la ha cambiado como ha hecho con otras (la mayoría, para peor). Me encanta el minimalismo de la música y la sutil sexualidad de la letra.



9º La última carta – Los cucas
Vale, que es la canción más comercial, evidente y petarda de las dos listas, pero me gusta, coño. Además estos chicos gaditanos siempre me han caído muy bien, con letras comprometidas distintas a lo típico. Me pasé medio año escuchándola, añorando un amor que se fue, y luego les vi en directo con ella. Catártico...



10º Adiós, compañeros, adios – Búnbury
Me permito la licencia de repetir personaje, porque dio un cambio bastante importante entre la 8º y ésta. Aquí ya estaba enamorado de Sudamérica, empezó a imitar su acento y a componer allá donde se inspiraba, muchas veces en lugares muy recónditos. El magnífico disco doble “El viaje a ninguna parte” me acompañó en una época muy chunga, disco que se cerraba con éste himno a la esperanza en el futuro. Mis amigos están avisados de que algún día les mandaré un mensaje que diga: “Hoy abandono el país por una buena temporada. Las cosas se pusieron feas...”



11º Entre caníbales – Soda Stéreo
Allá por el 90, un nuevo compañero de clase recién llegado de Argentina me descubría este grupo y me abría los ojos a la realidad de la música rock hispana. Un año después les vimos en directo, a dos metros de nosotros. Acostumbrados como estaban a llenar estadios por medio continente americano no creo que les hiciera mucha gracia tocar para 100 personas en una sala de 500, así que su gira por España fue bastante efímera (aunque aún conservo la púa que le robé a Cerati, jeje). Esta canción pasó sin pena ni gloria en su mejor disco “Canción animal”, pero la recuperaron para el directo de la MTV. Y es ésta (y no otra) la versión que recuperé hace unos años y que me sigue encantando cada vez que la escucho. De nuevo, sexualidad a flor de piel e instintos básicos desatados. Delicioso.



12º La felicidad – Bushido
Un grupo imposible, en un disco difícil de oír, con una producción soberbia que nunca llegó a tener repercusión. Sin embargo, la dulce voz de Shuarma, los coros de Búnbury (de nuevo, por supuesto), el positivismo de la melodía, la ingenuidad de la letra, la fuerza del final… Es un nosequé que hace única esta canción.



BONUS TRACK
13º Hermanas Sister – Standing in the shadows
Nuestro país ha perdido la oportunidad de reconocer a uno de los mejores grupos que lo ha poblado, comercialidad en detrimento de calidad. El problema de este grupo es variado: guitarras acústicas demasiado virtuosas, letras en inglés, una cantante con una voz no muy comercial… Y sobre todo, ser un grupo protegido por la $GA€, razón por la cual seguramente no he encontrado nada (NADA) en youtube y he tenido que subir de mala manera esta canción (a ver lo que dura colgada). Recomiendo encarecidamente que escucheis los dos discos de este maravilloso grupo cuyas melodías no han envejecido nada en 15 años.


“Standing in the shadows” es una rumba cantada en inglés, una pequeña maravilla que me lleva acompañando desde hace mucho y aún me emociona. Una canción de desamor, de súplica y resignación porque él/ella está con otra/o. “Who am I? Where are you? Are we supposed to be?”



Y con esto termino. Espero que lo hayais disfrutado casi, casi tanto como yo.

26 de marzo de 2011

Las diez canciones de mi vida

Envidioso perdido por la gran idea de El País de “pinchar” durante toda la mañana las 40 canciones que representen los 40 años de ‘Disco Grande’ de Radio3, dirigido por el infatigable Julio Ruiz, ayer me decidí a hacer lo mismo con las canciones de mi vida. En qué hora…

Nunca he dicho “esta canción es la mejor” o “es mi favorita”, más que nada porque sé que tarde o temprano me acabaría cansando o la acabaría quemando. Pero lo que sí me atrevería a decir es “en la banda sonora de mi vida, esta canción sonaría”. Así que, completamente dispuesto a acabar esta entrada del blog lo antes posible, me dispuse a apuntar rápidamente canciones que aún resuenan en mi memoria. De nuevo, en qué hora…

Cuando llevaba más de cien decidí parar y empezar de nuevo, porque me estaba dejando llevar por lo que me gusta y no por lo que realmente pretendía, formar la banda sonora de mi vida. Decidí poner ciertos límites:
  • Sin canciones españolas, más que nada porque eso va a dar para otro post. Además, cierto individuo llamado Búnbury estaba acaparando buena parte de la lista
  • Limitar una canción por grupo, independientemente de si es versión o no
  • No más de diez, conceptualizando como “banda sonora” los límites habituales de un disco y la capacidad de aguante de quien lo escucha
  • Debe ser música que me haya acompañado en algún momento importante, que ponga sonido a mis recuerdos de esa época, sin importar su comercialidad
  • Y, por supuesto, música que me siga gustando, que no haya quemado (demasiado) y que pueda escuchar ahora y siga sintiendo un escalofrío
Sadgasm, el grupo que inauguró el grunge
Así que, tras horas y horas recordando y decidiendo, aquí está la lista. No están todas las que son, pero desde luego son todas las que están. Están en orden cronológico con una breve explicación en cada una. Que las disfruteis.

1º One step beyond – Madness
Mis primeros recuerdos infantiles tienen este ritmo de fondo. Mi hermano pinchaba esta canción una y otra vez y recuerdo que se la pedía como “la del saxofón”, mientras empezaba a sentir cómo vibraba mi cuerpo al ritmo endemoniado del ska de Madness. Debió ser muy divertido ser un adolescente en esa época.



2º You’ve got to hide your love away – The Beatles
Harto de la música disco de los 80, de la electrónica de los Pet Shop Boys y de escuchar radio fórmula, casi sin querer empecé desde el principio. De verdad que no me gustaba la música de la época, no era snobismo ni nada. Volví al rock and roll: Chuck Berry y demás movían mis pies, pero las tenía tan oídas que seguí adelante hasta llegar a los Beatles. El disco rojo y el azul, prestados por un compañero de clase, me abrieron los ojos al mito en vida del grupo que cambió la música popular para siempre, con el eterno John separando el buenrrollismo del grupo desde el principio. Mi canción favorita de siempre. Tuve el honor de ver a Elvis Costello este verano interpretándola, delicioso.



3º All along the watchtower – Jimi Hendrix
Lo bueno de tener hermanos músicos es que de vez en cuando te pueden prestar joyas casi desconocidas. Andaba empezando a tocar la guitarra y llegó a mis oídos este despropósito (que superaba de aquí a Lima al original de Dylan) interpretado veinte y pico años antes por este genio total zurdo, que murió ahogado en su propio vómito después de inventar absolutamente todas las técnicas de interpretación actuales con su guitarra, mérito aún no superado. Lo primero que hice cuado fui al Hard Rock de Londres fue fotografiar la guitarra que quemó en Woodstock. Ahí lo dejo



4º There is a Light that never goes on – The Smiths
Andaba quejándome a otro de mis hermanos de la basura que era el single de Mikel Erentxun de su primer álbum en solitario, no me extrañaba que Morrisey le hubiera dado plantón en su presentación en Londres. No tardé en confirmar minutos después, y tras oír el original de manos de mi hermano, lo acertado que estaba con mi apreciación. Letra, música, cadencia y producción en estado de gracia. Canela fina para un adolescente que llegaba con quince años de retraso a los Smith.



5º One – U2
Aquí poco hay que decir, fue un amor a primera vista. La primera vez que la oí, antes de que terminara supe que la amaría para siempre. Ni siquiera las ridículas autoversiones posteriores con intérpretes femeninas han conseguido que la odie. Somos uno, pero no somos iguales.



6º Sweet child ‘o mine – Guns ‘n roses
Aquella primavera del 92, un amigo accidental del cole pretendía que me gustara Metallica, y empezó la lección con Saratoga. Ahí pensé que nunca entraría por el heavy metal, mientras me tapaba aterrado los oídos. Como último recurso, me puso a “este grupo que es más blandito”. En mi cabeza resonó la intro imposible de Slash en los límites del mástil de su guitarra y empecé a prestar atención. “Coño, un ruido que me gusta”, pensé, y le pedí prestada la cinta. Ese verano casi enloquezco cuando se la pedí al DJ de la cutre discoteca donde intentaba pasar la noche y la puso. Me había enganchado.



7º Wonderwall – Oasis
En una convulsa época de cambios amorosos, con la seguridad de que había metido la gamba, aunque no encontraba dónde, ese otoño del 95 Héroes del silencio sacaba su último álbum presentable y Oasis, ese grupo de hooligans que me habían enganchado en el Maravillas, sorprendía a propios y extraños con esta preciosidad. Canción que me acompañó durante mucho tiempo y borracheras, haciendo cosas muy raras en mí. Que yo sepa, es la canción más rápida en ser versionada, ya que, a los dos meses de sacar el disco, ya tenía su inútil versión en la efímera modalidad lounge.



8º Since I’ve been loving you – Led Zeppelin
Nunca hubiera creído que cuando Page y Plant sacaron su supuesto acústico de la MTV con el mítico “No quarter”, descubriría a mi grupo favorito de música. En aquél momento, para mí eran dos vejestorios con mucha caña, pero, madre del amor hermoso, estaba abriendo la caja de Pandora. Ahora soy el orgulloso poseedor y escuchante constante de toda la discografía de Led Zeppelin. Esta canción en concreto suena entre recuerdos de playa y nuevas esperanzas. Page dándole patadas a la Filarmónica de Londres en Egipto mientras me dejaban sin aliento.



9º Breaking the girl – Red hot chilli peppers
Maldita Telefónica y maldita FNAC, que juntas me abrieron las puertas del funky californiano. La primera por un anuncio en el que sonaba “Under the bridge” en la primavera del 99, y la segunda por poner este maravilloso disco a 600 pesetas. “Blood sugar sex magik” amigos, 72 minutos de un no parar de bailar (y que recomiendo encarecidamente en sesiones de buen sexo, aunque haya que levantarse a ponerlo de nuevo). Aunque es complicado quedarse con una de las 3 ó 4 canciones brillantes de este disco, elijo esta, la más lenta, por la fuerza que tiene.



10º Thrill is gone – BB King y Gary Moore
Es que tiene que ser solamente esta versión, ni la original del Dios BB King ni cualquier otra versión. Ésta. Un directo en estado de gracia en el que se enfrentan maravillosamente la técnica con el sentimiento, satisfaciendo todos los paladares. Sólo déjate llevar y recupera la pasión que se ha ido (pero ten cuidado no te caigas de la bañera como me pasó a mí)



BONUS TRACK
11º Sympathy for the devil – Rolling Stones
Como los buenos, añado un bonus track que, como soy tan generoso, no limito a la edición coleccionista. Ni la versión de los Guns ‘n Roses ni ostias (que está de puta madre, pero no es lo mismo), la original de los Rolling suena en cada uno de mis cumpleaños desde hace muchos años. Es mi auto regalo, para recordarme que por muchos años que cumpla, si todo va mal siempre le puedo vender mi alma al diablo y así terminar de estropearlo todo.



Próximamente, Las diez canciones en español de mi vida

18 de marzo de 2011

Si piensas que estás jodido...

...Más jodido lo está él











Efectivamente:
"EN PARO
DINERITO PA COMER"



Hasta para el pienso hay crisis, HOYGAN!

13 de marzo de 2011

Me gusta

Como todo ying tiene su yang, en respuesta a este post que escribí hace tiempo propongo esta nueva entrada. He de decir que me ha costado bastante menos que el otro, y me dejo bastante en el tintero.


Las 100 cosas que más me gustan son:

1.      Ver llover por la ventana
2.      Las patatas fritas de churrería, gorditas y sin sal
3.      Volver a ver una película que me ha fascinado
4.      Releer un libro y encontrar detalles en los que no había caído
5.      Una larga sobremesa inesperada
6.      Las bromas absurdas a tiempo
7.      Hacer regalos porque sí
8.      Las mariposas en el estómago
9.      Las mujeres con las que se puede hablar
10.  Contar historias
11.  Que me convenzan de que no tengo razón
12.  Que le vaya bien a la gente que quiero
13.  Las personas que luchan por sus sueños
14.  Notar que le gusto a alguien
15.  Apoyar la cabeza en las piernas de una mujer
16.  Las sonrisas
17.  Escuchar una canción que me diga algo
18.  Empezar de cero


20.  Ver mis pasos en la arena
21.  Los pimientos del piquillo rellenos de pescado
22.  Un domingo soleado con buena compañía, lejos de cualquier parte
24.  Un plan repentino improvisado
25.  Las personas que actúan con naturalidad
26.  Que una chica me diga que le gusto
28.  Sentirme abrazado
29.  Mirar el fuego
30.  Recordar un libro que me ha fascinado
31.  Estar solo (en el espacio)
32.  Partirme de risa con un cómic o un libro
33.  Que el coche funcione como la seda
34.  Cumplir sueños
35.  Debatir con educación
36.  Las pechugas en salsa que hace mi madre
37.  Los sombreros
38.  Tocar un blues con la guitarra
39.  Las sobradas de Bender
40.  La tecnología útil
41.  Saber que alguien me está llamando por otro motivo distinto al que me dice
42.  Escribir historias


43.  Descubrir algún grupo de música que luego se pone de moda
44.  Cantar mientras hago cosas
45.  Un ron dulzón con limón&nada
46.  Que me feliciten por mi trabajo
47.  Dormir (como un tronco, hoyga)
48.  Hacerme el canalla
49.  Conectar con alguien (hombre o mujer)
50.  Probar sabores distintos
51.  Realizar con más de dos cámaras
52.  Cocinar
53.  El olor a tierra después de la lluvia
55.  Dormir enredado
56.  Ponerme el albornoz después de la ducha
57.  Los primeros besos
58.  Resolver acertijos
59.  Las mañanas soleadas al aire libre
60.  Una reunión familiar sin movidas
61.  Cuando la informática funciona como debería
62.  Pagar mis deudas
63.  Tocar la guitarra con gente
64.  Que me entre la risa cuando estoy jodido
65.  Tener dinero suficiente en el banco


66.  La ópera
67.  Una foto improvisada que queda fantástica
68.  No peinarme
69.  Las frases de famosos clásicas (gracias JuanMa!!)
70.  Las personas educadas
71.  Los niños con chispa (casi todos)
72.  La independencia
73.  Las clases bien explicadas
74.  Utilizar expresiones nuevas
75.  Revivir buenos momentos
76.  Recuperar la fe en mí mismo (varias veces al día)
77.  Tener margen para la improvisación
78.  Los domingos lluviosos
79.  Hacer las cosas con tiempo
80.  Escuchar a una banda callejera de jazz


81.  Que se acuerden de mi nombre
82.  Las mujeres valientes
83.  Hacer entrevistas
84.  Encontrar respuestas a mis paridas en las redes sociales
85.  La lealtad
86.  Encontrarme en situaciones surrealistas sin proponérmelo
87.  Tomarme un té a media mañana
88.  Elegir y ser elegido
89.  Envolver y desenvolver el papel de regalo sin romperlo
90.  La chispa del inicio de la borrachera
91.  Las gafas de sol
92.  No usar reloj
94.  El sexo, sin prisas
95.  Las miradas/sonrisas cómplices
96.  Las manos amigas inesperadas
97.  Las revoluciones que duran lo justo
98.  Disfrutar de mi casa limpia
99.  Que me abrochen los pantalones


...y 100, reírme de mí mismo