Continúo con el post que, a mi parecer, había quedado cojo, hablando de las canciones que han puesto banda sonora a mi vida. Esta vez son canciones españolas, aunque me vais a permitir que haga trampa con algunas de las reglas que yo mismo me propuse: ni son diez, ni son estrictamente españolas o cantadas en español, ni he podido evitar repetir autores, aunque he sintetizado todo lo que he podido.
Sin ellas, la banda sonora de mi vida estaría ciertamente incompleta, aunque todas me siguen poniendo los pelos de punta, especialmente la última. Me ha resultado curioso que es bastante difícil encontrar algunas canciones en youtube, sólo versiones y actuaciones en directo, cosa que no me ha pasado con las del post anterior. Es que ya se sabe que la mano de la $GA€ es larga (sobre todo la que recauda) y eso de difundir la cultura tiene un precio.
Como en el post anterior, están en orden cronológico y las acompaño de una breve explicación, espero que os gusten. Amigos, pasen, vean y disfruten.
1º Alaska y Dinarama – Cómo pudiste hacerme esto a mí
Aunque cueste creerlo, hubo un tiempo en que durante las navidades, la televisión emitía programación infantil por la mañana. Tengo recuerdos vagos de Teresa Rabal en Juvenalia, de pasarme media mañana esperando la peli de dibujos japoneses (ahora se les llama ‘manga’), de escuchar esta melodía pegadiza que imitaba las cabeceras de los seriales yankis de la época (Los Colby, Falcon Crest, etc), incluso de tararear con algunos colegas de clase frikis el estribillo. Ahora sé que el talento de Carlos Berlanga hizo este milagro de dar calidad a un refrito con pretensiones de la movida madrileña. Después vendría ese milagro televisivo irrepetible que fue “La bola de cristal”, pero esa es otra historia.
2º Radio Futura – No tocarte
Ya he dicho alguna vez que mis hermanos fueron indirectamente mis mentores musicales. Cuando Radio Futura editó “La ley del desierto/La ley del mar” se revolucionó el mundo musical español con un disco fantástico de principio a fin que marcaba un estilo propio. Estos punkarras encubiertos convertían su “Escuela de calor” en un himno multigeneracional. Recuerdo que me llevé el vinilo un fin de semana para escucharlo, y el domingo por la noche mis hermanos casi me matan porque no habían podido pincharlo en la discoteca (menos mal que no lo rayé). “No tocarte” me gustaba especialmente porque no la entendía, aunque suponía que hablaba de cosas de mayores. Vamos, de sexo. Esta versión con Miguel Ríos es lo más parecido que he encontrado a la original.
3º Camino Soria – Gabinete Caligari
En el último momento, grabé el disco completo de Gabinete antes de irme a Irlanda durante dos meses. No podía imaginar que marcaría un antes y un después en mi madurez musical. Es una pequeña gran joya de la música española, un disco de los que ya no se hacen, con canciones eclécticas entre las que destaca especialmente este grandísimo tema que puede escucharse hasta el infinito. En un programa que presentaban el Gran Wyoming y Óscar Ladoire llamado “A media voz”, Gabinete interpretó esta versión en directo que es para caerse de la silla (bendito youtube).
4º Hace tiempo – Héroes del silencio
Aquí hablamos de palabras mayores. Los Héroes han marcado mi vida, para mí han sido como para otras generaciones fueron los Beatles o los Rolling. Ni sé las veces que les he visto en directo, siempre que pude, incluso cuando eran teloneros. Melodías y letras que me han hecho volar desde aquél 1988 en el que aborrecí el “Héroe de leyenda” (y lo sigo aborreciendo). Casi todo su repertorio es para enmarcarlo en la pared de la nostalgia, pero esta canción tiene un significado muy especial para mí. Recuerdos adolescentes de añorar a mi primer y último gran amor tumbado en la cama con los cascos a todo volumen, rabiando porque era imposible, porque sabía que éramos unos críos y cambiaríamos, y yo no quería cambiar lo que sentía. Lo irónico es que conseguí no cambiarlo.
5º Cuando el mar te tenga – El último de la fila
A veces me pasa, que hay grupos que no me gustan, que no soporto. La voz, el estilo, no sé, pero no puedo con ellos. Y a veces también me pasa que esos grupos publican una canción que me fascina. Es el caso de esta preciosidad cargada de positivismo, que me hacía sonreír cuando estaba jodido y me animaba cuando ya no podía más. Merece estar aquí por ello, y porque recoge ese proverbio árabe tan de aplicación “si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir”, porque habla de aparecer cuando nadie mira, de no hablar de amor sino de hacerlo, de irse lejos, muy lejos...
6º Para no olvidar – Los Rodríguez
En los 90 tuvimos la enorme suerte de poder escuchar a este fantástico grupo rebosante de talento por todos sus integrantes individualmente, conformando un todo maravilloso llamado “Los Rodríguez” (en mi opinión, por separado sólo Calamaro se salva). Con “Para no olvidar” me pasó como con One de U2, fue un amor a primera vista, un acto irremediable de enganche instantáneo, con descripciones muy precisas de mi vida en aquél 1996. Una canción en la que el talento sobrepasa cualquier expectativa y la guitarra de Raimundo Amador acompaña con alegría una letra bendecida por la inspiración. ¿Para qué contar el tiempo que se ha ido?
7º La flaca – Jarabe de palo
Todo el mundo está harto de la cancioncita, incluso el mismo Pau Donés lo está, según dijo en el libro que acompaña “Orquesta reciclando”. Pero no lo puedo evitar, la escuchaba en el 96 antes de que se hiciera famosa, en un magnífico álbum debut que traía lirismo y medio tiempo a una vida que andaba un poco perdida. Un día me encontré con Pau Donés en Malasaña, y me resultó chocante ver que ese mequetrefe mal vestido había compuesto canciones tan imprescindibles. La saqué con la guitarra con poco esfuerzo y siempre ha sido uno de los hits más solicitados en fiestas y borracheras. La pregunta es cuántas flacas habrá habido.
8º Encadenados – Búnbury
Sorprendió a propios y extraños con un disco que no tenía absolutamente nada que ver con lo que había hecho hasta el momento. Búnbury se reinventaba empezando de cero, mezclando música electrónica con su chorro de voz tan particular. Al principio no pude con él, un creyente de los Héroes como yo no podía simplemente tragar con todo. Pero coincidió con la época en que empecé a aceptar que la música electrónica me gustaba (un proceso largo y delicado, además de arriesgado) y él también lo aceptaba. Elijo ésta canción porque nunca se la he escuchado en directo, con lo que no la ha cambiado como ha hecho con otras (la mayoría, para peor). Me encanta el minimalismo de la música y la sutil sexualidad de la letra.
9º La última carta – Los cucas
Vale, que es la canción más comercial, evidente y petarda de las dos listas, pero me gusta, coño. Además estos chicos gaditanos siempre me han caído muy bien, con letras comprometidas distintas a lo típico. Me pasé medio año escuchándola, añorando un amor que se fue, y luego les vi en directo con ella. Catártico...
10º Adiós, compañeros, adios – Búnbury
Me permito la licencia de repetir personaje, porque dio un cambio bastante importante entre la 8º y ésta. Aquí ya estaba enamorado de Sudamérica, empezó a imitar su acento y a componer allá donde se inspiraba, muchas veces en lugares muy recónditos. El magnífico disco doble “El viaje a ninguna parte” me acompañó en una época muy chunga, disco que se cerraba con éste himno a la esperanza en el futuro. Mis amigos están avisados de que algún día les mandaré un mensaje que diga: “Hoy abandono el país por una buena temporada. Las cosas se pusieron feas...”
11º Entre caníbales – Soda Stéreo
Allá por el 90, un nuevo compañero de clase recién llegado de Argentina me descubría este grupo y me abría los ojos a la realidad de la música rock hispana. Un año después les vimos en directo, a dos metros de nosotros. Acostumbrados como estaban a llenar estadios por medio continente americano no creo que les hiciera mucha gracia tocar para 100 personas en una sala de 500, así que su gira por España fue bastante efímera (aunque aún conservo la púa que le robé a Cerati, jeje). Esta canción pasó sin pena ni gloria en su mejor disco “Canción animal”, pero la recuperaron para el directo de la MTV. Y es ésta (y no otra) la versión que recuperé hace unos años y que me sigue encantando cada vez que la escucho. De nuevo, sexualidad a flor de piel e instintos básicos desatados. Delicioso.
12º La felicidad – Bushido
Un grupo imposible, en un disco difícil de oír, con una producción soberbia que nunca llegó a tener repercusión. Sin embargo, la dulce voz de Shuarma, los coros de Búnbury (de nuevo, por supuesto), el positivismo de la melodía, la ingenuidad de la letra, la fuerza del final… Es un nosequé que hace única esta canción.
BONUS TRACK
13º Hermanas Sister – Standing in the shadows
Nuestro país ha perdido la oportunidad de reconocer a uno de los mejores grupos que lo ha poblado, comercialidad en detrimento de calidad. El problema de este grupo es variado: guitarras acústicas demasiado virtuosas, letras en inglés, una cantante con una voz no muy comercial… Y sobre todo, ser un grupo protegido por la $GA€, razón por la cual seguramente no he encontrado nada (NADA) en youtube y he tenido que subir de mala manera esta canción (a ver lo que dura colgada). Recomiendo encarecidamente que escucheis los dos discos de este maravilloso grupo cuyas melodías no han envejecido nada en 15 años.
“Standing in the shadows” es una rumba cantada en inglés, una pequeña maravilla que me lleva acompañando desde hace mucho y aún me emociona. Una canción de desamor, de súplica y resignación porque él/ella está con otra/o. “Who am I? Where are you? Are we supposed to be?”
Y con esto termino. Espero que lo hayais disfrutado casi, casi tanto como yo.
1 comentarios:
Es curioso pero la bola de cristal a marcado a mayoría de personas con las que mejor me llevo.........Y es que por muy malo que sea el disco cada vez que Alasxa o Santiago Auseron o Kiko Veneno sacan algo nuevo lo primero que hago es escucharlo.
En cuanto a Bumbury sus canciones llenas de metáforas enamoran a cualquiera, además que no se como lo hace pero siempre tiene una canción para ese momento en el que estoy pasando.
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