30 de octubre de 2011

Cine que inspira música

Supongo que todos conocemos miles de canciones que han puesto la banda sonora de películas, incluso que han salvado a la película misma. Canciones compuestas especialmente para la película, canciones armoniosas, canciones metidas con calzador (la primera vez que lo vi fue en la escena de las compras de "Pretty woman", tres canciones una detrás de otra, sin orden ni concierto).

Pero a veces la música también se basa en el cine. Hay canciones cuya inspiración directa viene de una película concreta, en la que se basa y cuyo argumento forma parte de la letra, y he procurado ser estricto en este post respecto a eso. Estoy seguro que habrá miles de ejemplos de grupos foráneos, pero, sinceramente, la mayoría de lo que ha venido a mi memoria han sido ejemplos de grupos españoles. Incluso he encontrado, para mi sorpresa, un par de temazos que no conocía. ¿Comenzamos?


1 - Hombres G - Lawrence de Arabia


Nunca se hará suficiente justicia a este grupo, demasiado perdido entre el fenómeno fan, tanto en los 80 como en la actualidad, adorado y odiado a partes iguales. La verdad es que sólo son un grupo de colegas pasándoselo bien, cosa que pude comprobar cuando les vi en directo hace unos años rodeado de cuarentonas y (para mi vergüenza) coreé como una quinceañera la mayoría de sus temas. Tienen bastantes canciones basadas en películas, sobre todo en los primeros discos: Matar a Castro, Venezia, Indiana Jones, Nassau, etc. Destaco esta canción, basada en la deliciosa película de David Lean, por ser del primer disco y, vaya, porque para ser de 1985 y no tener apenas producción, está muy bien.

2 - Los Nikis - La rebelión de los humanos


Canción basada en "El planeta de los simios", a la que le da la vuelta. Los Nikis fue otro grupo de amiguetes a los que la fama no se les subió a la cabeza, teniendo todos claro que no sería su futuro y simplemente tocaban para divertirse. También es otro grupo que nunca faltó a la fiesta del PCE, con sus versiones de otras películas como La naranja ya no es mecánica, Los niños del Brasil, o la nunca bien entendida El imperio contraataca. Recientemente han vuelto a coincidir, pero no, no vuelven.

3 - Deep blue something - Breakfast at Tiffany's


O lo que es lo mismo, "Desayuno con diamantes" en España, basada en el maravilloso libro de Truman Capote, aunque la letra habla de otra película de Audrey Hepburn, "Vacaciones en Roma". Grupo de un sólo éxito, que aún sigue en activo, pero del que no he vuelto a escuchar nada desde este tema.

4 - Amaral - Moriría por vos


Además de ganarse al público latinoamericano con el dichoso "vos", Amaral tuvo el acierto de referenciar este tema a una de las películas más desgarradoras de los últimos años, en los que Nicholas Cage no tenía que prostituirse para pagar a hacienda. "Leaving Las Vegas" es una magnífica película de perdedores, de esas imprescindibles que no quieres volver a ver nunca más (como "Hijos de los hombres"), en la que Amaral se basa para derrochar su melancolía habitual con canciones casi perfectas.

5 - Proppelerheads - On her Majesty's secret service


Antes que Groove Armada o los Chemical Brothers (o incluso David Guetta), este dúo británico de pinchas o DJ usaron más de 1000 discos de vinilo para hacer el enorme mash up que conforma este disco irrepetible, que gustó a profesionales, aficionados, clásicos y modernillos, y dejó a todos con la boca abierta. Tengo que reconocer que con ellos empezó a gustarme la música electrónica, jeje. Su dos temas más conocidos son Spybreak!, tema principal de "Matrix", y "History repeating", con el sacaron de su retiro en Mónaco a la mismísima Shirley Bassey, famosa cantante de los principales temas clásicos de las películas de James Bond. El tema que encabeza esta sección es un largo y animado homenaje a las películas del espía más famoso.

6 - Parálisis permanente - Un dia en Texas


Hay numerosos grupos punk que homenajean películas de terror de serie B. He elegido esta por ser la más audible, al menos para mis delicados oídos. Parálisis Permanente fue un grupo post-punk de mediados de los 80, surgidos por una segregación de varios miembros de Alaska y los Pegamoides, entre los que se encontraban Ana Curra y Nacho Canut, actual compañero de Alaska en Fangoria. Este clásico original fue versionada posteriormente por numerosos grupos aspirantes, y se basa en el famoso mockumentary "La matanza de Texas"


7 - Muse - Resistance


Qué decir de los británicos Muse que no se haya dicho ya. Así que si no los conoces, bichea un poco por internet. Este tema se basa en la película 1984, a su vez basada en el libro de Orwell, en el que se habla de la "policía del pensamiento", que es la encargada de vigilar el pensamiento único del partido en el gobierno. En caso de tener pensamientos impuros, se te traslada a la "Habitación 101" (numerosas referencias musicales también) para quebrar al infiel.

8 - Pedro Guerra - El marido de la peluquera


Pedro Guerra, con su sensibilidad habitual (más de una canción me resulta extremadamente empalagosa), se basa en esta deliciosa película francesa de 1990, llamada en España "Mathylde", para describirnos una pasión sensual, un amor sin prejuicios. La música de la película es del (atención) enorme Michael Nymann.

9 - Agua Bendita - El Señor de los Anillos


Pues el titulo lo dice todo, creo. Resumen en 4 minutos, y a ritmo de reagge, de la trilogía completa por parte de este grupo barcelonés. En su defecto podríamos decir que es una canción extremadamente friki, y realmente lo es, pero oyes, bailar en élfico también tiene su punto ("Oh Mithrandir, siempre Mithrandir")

10 - Iván Ferreiro - Farenheit 451


He dejado este tema para el final por dos motivos. Primero, no lo conocía, y tanto el tema como el vídeo me han dejado impresionado (tengo que investigar más al Ferreiro, creo que va a merecer la pena). Segundo, el tema se llama igual que la famosa película de Truffaut, basado asimismo en el famoso libro de Ray Bradbury (el mismo de "Crónicas marcianas"), pero no veo la conexión entre ambas, creo que sólo recoge el título, o al menos eso me parece a mí.


Si conoceis más canciones basadas en películas (de películas basadas en canciones, sólo se me viene a la memoria "Los Managers", basada en la canción de Kiko Veneno), no dudeis en decirlo en los comentarios

23 de octubre de 2011

La leyenda del sarcástico burlador


Han pasado catorce años. Esta mañana otoñal ha venido a mí sin pensar en ello, despertado bruscamente por las imágenes que describí con palabras hace tantos años y que aún siguen retumbando en mi cabeza. Oculto entre archivos y carpetas, ahí estaba este breve relato, prólogo de otros recopilados en un libro que no leyó nadie. 

Noviembre de 1997

Y entre la oscuridad penumbrosa de un sucio callejón, la figura avanza hacia la dudosa luz hasta detenerse. Entre las sombras se distingue su sonrisa con un toque de maldad, unos ojos con la chispa de la locura brillando en ellos. ¿Angel o demonio? Da igual. Él está por encima del bien y del mal. La raída gabardina cubre su cuerpo y sirve de alojamiento a la forma de sus manos. Su voz rompe el silencio. Es profunda pero alegre.

- ¿Queréis que os hable de ella? ¡Cómo describir con palabras a la flor prometida, al cantar de los cantares, a la más bonita de las criaturas de este mundo!

Su carcajada demente detiene su monólogo, pero pronto se interrumpe y continua hablando con su sonrisa permanente. Su voz refleja la pasión menos contenida, la ilusión menos desesperanzada.

- Os contaré que una vez fue mía, y os aseguro que ese día toqué el cielo. Desde entonces la busco entre sueños irreales como este. Sé que está allá afuera, en alguna parte, y algún día la encontraré. Mientras tanto, esta es mi historia, para quien la quiera escuchar.

Tras un giro brusco de cabeza, que agita la niebla, vuelve a mirar con ansiedad a un público que se esconde entre las sombras.

- ¿No la oís allá lejos? Su voz es el terciopelo que forra las habitaciones de los dioses, su piel el vestido que luce el Amor cuando se une a la Pasión. Pero oídme antes de partir: nunca se está tan lejos de ella como cuando se está a las puertas de su encuentro.

Comienza a caminar con rapidez. Sus pasos se pierden hacia el final de la calle. No deja rastro
tras él. Sólo el recuerdo de la locura de amor, la cara demente entrevista entre las sombras, las faldas de la gabardina ondeando y las nubes de niebla cerrándose tras su paso. Buscará en este mundo estéril, pero esta vez tampoco la encontrará. Ese es su destino, vagar entre las distintas caras de la realidad, por toda la vida, por toda la eternidad. Ella está en todos los mundos, en todas las realidades. Tan cerca, tan lejos, que sólo él la puede seguir.

Dejadle partir. Quizá otra vez vuelva a esta realidad a traernos desorden e inestabilidad con su pasión, con su amor. Mientras tanto, recordemos su presencia como faro en la duda, en el desasosiego, en la incertidumbre....


Catorce años después veo que sigo igual, enamorándome hasta el tuétano, apasionándome hasta la locura. Quizá debería empezar a madurar, lo que viene a ser aprender a limitar emociones, encapsular gestos, robotizar las reacciones. No actuar 
lobotomizado emocionalmente, hoy en día, puede ser un deporte arriesgado.

Pero hoy no voy a madurar. Y mañana, seguramente, tampoco. El proceso de desaprendizaje sigue su curso, cometiendo errores nuevos en las mismas situaciones, sintiéndome igual de querido y rechazado, a partes iguales.

Déjame decirte algo: tú también tienes derecho a que te quieran, a que te mimen y te cuiden, a que te digan cosas bonitas al oído y te abracen por las noches, a dormirte con un beso y despertar con una sonrisa, a que te acaricien cuando estás mal y se rían contigo cuando estás bien, a que te muerdan cuando necesitas sentir un escalofrío y te achuchen cuando tengas frío, a que hagan contigo lo que la primavera le hace a los cerezos. Derecho a todo, pero sólo si sientes el deber de quererlo.

....Pero cuantos más años cumplo creo que menos sé de nada. Y menos quiero saber.

14 de octubre de 2011

Buitres

Dale al play y sigue leyendo


Esta historia es absolutamente real. Una de tantas que suceden cada noche en todas partes, a todo el mundo. Cuento algo personal de forma excepcional. La rescato de los recuerdos ya que estuve recordándola con unos amigos hace unos días y comprobé que se estaba fundiendo en las brumas de la memoria (¡sí, ya empiezo a tener batallitas!) y sería una lástima que se perdiera en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Pasó hace un tiempecito y aún se recuerda entre el círculo de amigos como el ejemplo del ridículo más espantoso que se puede hacer con una desconocida.

Discoteca de verano, 5 de la mañana. Luces estroboscópicas dejándote ciego, gente por todas partes y tres colegas un poco aburridos, observando los elementos de alrededor. Se estaba porque había que estar, buscando no sé qué. Supongo que algo parecido a algún tipo de escape de la rutina.

Go-gos aficionadas bailando encima de los altavoces, canis de pueblo enseñando los hombros de gimnasio con sus camisetas ajustadas, cabezas de cenicero moviéndose en una coreografía de marionetas, chicas embutidas en mallas que apenas pueden disimular la celulitis.... Definitivamente no era nuestro ambiente. 

Pero, oh sorpresa, a unos metros se colocan unas chicas un poco decentes. El típico trío: la guapa altiva, la fea seria, y la bajita graciosa que saluda a tooooodos sus amigos. 

Evidentemente, terreno abonado para que unos chicos elegantes y educados actuaran en consecuencia. Pero las cosas no iban a ser tan fáciles. Uno de nosotros estaba muy borracho para decir nada coherente, yo no estaba en condiciones mentales (ruptura reciente) como para jugar. Así que el tercero tenía la evidente responsabilidad de cumplir con lo que se supone que tenía que hacer: la pelota estaba en su tejado. 

Los tres habíamos realizado unas cuantas pruebas de subida de autoestima durante las calurosas noches de verano, con resultados un tanto fallidos. Teníamos, necesitábamos, dar el espaldarazo definitivo para terminar la noche un poco contentos. Animé a nuestro campeón para que le dijera algo a la chica que le gustara. No se anduvo con medias tintas: “vale, a la guapa altiva”. 

No podía ser de otra manera. Pero, aunque no estaba en mi mejor momento para juzgarlo, personalmente no lo vi como opción. Sin embargo, él ya había elegido: o eso o se iba a casa. Le pregunté qué le iba a decir. Respondió en seguida: 
- Le voy a preguntar si no está harta de que le entren tantos buitres. 
Me parecía una entrada un poco brusca, no muy adecuada para la situación, pero le vi tan embalado que no di mi opinión sobre la conveniencia de esa frase. ¿Quién era yo para juzgarlo? Igual hasta funcionaba.
Lo siguiente es una transcripción no literal de lo que pasó, ya que entre los metros de distancia, la música atronadora, y la evidente necesidad de disimular, no puedo autentificar la veracidad de la conversación. Sin embargo, reuniendo testimonios, he podido armar esta descripción de los hechos. Lo que sí pude ver en todo momento fue la cara de altiva estúpida inmutable de ella, que no cambió hasta el final.

Nuestro amigo, el tercero, se dirigió hacia el grupo de féminas con decisión, y con más decisión aún habló a la chica que le gustaba. Más o menos el diálogo fue así:
-          ¡Hola! - sonrisa
-          Hola… - mirada de reojo con desprecio
-          Oyes, ¿no estás harta de que te entren tantos buitres?

Música atronadora, demasiada gente alrededor chillando…
- ¿Qué? 
- Que si no estás harta de que te entren tantos buitres 
- ¿Qué? 


Recordemos que estaban al lado del altavoz y, además, no hay más sordo que el que no quiere oír. Mi amigo empezó a ponerse nervioso y alzar la voz, ya que el factor sorpresa, que pensaba emplear, al ser su única arma, se estaba empezando a resquebrajar.

- ¡Que si no estás harta de que te entren tantos buitres! 
- ¿Que si no estoy harta de qué?
- ¡De que te entren tantos buitres!

Debo aclarar que este fue uno de esos momentos en los que el universo se sincroniza para formar una maravillosa entropía que parece dirigida sólo a la conclusión de ese momento. Quién sabe si, en un pasado remoto, esa estrella no hubiera refulgido con tanta intensidad, o aquél protozoo hubiera decidido quedarse un rato más sin desdoblarse con el milagro de la mitosis, se hubieran desencadenado los acontecimientos que concluyeron en ese instante. 

Mi amigo crispado por el esfuerzo, los puños cerrados y los ojos fuera de sus órbitas, olvidada ya la timidez y tratando de hacerse entender. Quizá fuera el destino o la confluencia de una serie de circunstancias que se habían iniciado millones de años antes, que el equipo falló durante unos segundos y todo quedó en silencio, en el mismo instante en el que mi amigo inspiraba aire para exclamar…

- ¿Tantos qué? 
- ¡¡¡BUITRES JODER, BUITRES!!! 



Lo siguiente fue evidente. Ella se tapó el oído con gesto de dolor y le miró con cara asesina. Primero las amigas, y luego los de alrededor, miraron a las dos siluetas con preocupación, una mirada que se fue propagando por una pista en silencio que instantes antes retumbaba al ritmo machacón de la música de baile. Por un momento fueron el centro de atención de 300 personas alocadas. Creo que hasta el DJ vaciló unos instantes antes de pinchar el siguiente tema tras escuchar el exabrupto.

Mi amigo, sabiéndose el centro de atención, se dio la vuelta con los brazos tensos colgando y los ojos desorbitados e inyectados en sangre. Enseñando los dientes en un rictus cercano a la apoplejía, caminó a trompicones los metros que le separaban de nosotros (aguantándonos la risa) y se limitó a comunicarnos un "Me voy" sin detenerse. 


Lo reconozco, es cruel, puede que hasta deba arrepentirme, pero recordar esta historia es uno de los pocos placeres culpables que me permito de vez en cuando. Quizá no debería haberlo hecho de forma tan descarada (aunque no fui el único), incluso a lo mejor debería haber dejado esta historia en el rincón de la memoria donde se archivan los ridículos masculinos provocados por la imperiosa necesidad de amor conyugal


El caso es que me estuve riendo a mandíbula batiente lo que quedaba de noche (incluidas agujetas en el estómago al día siguiente), durante los días posteriores, e incluso hoy, años después. En definitiva, un hecho lamentable que ahora comparto con vosotros para la risión generalizada.

PD: Chicas, id con cuidado. Están por todas partes...

Obsequio de una cena romántica previa para dos personas
a quien responda a esta propuesta

11 de octubre de 2011

Dick, ese gran desconocido


De todos es sabido que la imaginación de Philip K. Dick es el referente habitual que le da prestigio a toda producción cinematográfica de ficción, ciencia ficción, que se precie.


Adaptaciones de Tiempo desarticulado (1), Minority report, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (2), Scanner Darkly, son piezas rescatadas de la imaginación de este creador tan peculiar.


En Baladronadas hemos querido compartir el texto de uno de los numerosos cuentos que Dick dejó para sus fans, obras menores en comparación con otras obras maestras como Ubik o El hombre en el castillo, pero singulares por su densidad y originalidad de contenido.


El siguiente relato constituye una de las mayores rarezas de la obra de Philip K. Dick.


El manuscrito original fue encontrado en una servilleta del Club Ubik, local nocturno sito en Santa Ana, California, Estados Unidos. Al parecer, Dick concibió este relato una tormentosa noche de invierno tras recuperarse de un leve ataque esquizofrénico provocado por pentotal sódico.


La servilleta estuvo expuesta en el club durante décadas, y no fue hasta el año pasado que el humanista y filántropo Sir Andrew Spencer la adquirió para proceder a su análisis grafológico. Dicho análisis confirmó que, en efecto, el relato es obra del insigne escritor de ciencia ficción, al tiempo que se constituye en su pieza más compleja y ambiciosa.


Como es habitual en la obra de Dick, también en este cuento, titulado por razones evidentes “Gracias por su visita”, se encuentran las grandes obsesiones del autor: el futuro de la humanidad, la tecnología y una exploración de los límites de las relaciones humanas.


En primicia mundial y por cortesía de la Philip K. Dick Foundation, New Yorker y Mi mesa cojea, el consejo Regulador de Baladronadas tiene el placer de presentarles el último relato inédito de Dick:


GRACIAS POR SU VISITA




Si me follara a mi propio clon… ¿me volvería mariclón?




Philip K. Dick – Santa Ana, California, 1967




(1) Posteriormente se convertiría en El show de Truman
(2) ¡¡Que no cojones!! ¡¡Que no me gusta Blade Runner!!