19 de enero de 2012

Locos, inadaptados y rebeldes

Hay una idea que me ronda estos días, que igual desarrollaré próximamente. ¿Cuál es la pregunta para ser feliz? ¿El 'qué' o el 'cómo'?

Ser feliz es distinto que un estado de ánimo o un estilo de vida. Ser feliz no es sólo una sensación o una suma de momentos. Ser feliz es más que una sonrisa o un deseo cumplido o una meta alcanzada. Ser feliz no puede encorsetarse a las fronteras del deseo o una aspiración.

Se es feliz o no se es. 'Qués' y 'cómos' son lo de menos

Tomo prestada la imagen de Juan Gómez Jurado sobre el discurso de Seteve Jobs. Genial.


2 comentarios:

Reppu dijo...

Por una vez, discrepo profundamente. Los qués y los cómos son las preguntas fundamentales para esta cuestión.

Podemos hablar mucho de si es más feliz el que más tiene o el que menos necesita (y blablá…) o de como el medio puede no justificar o incluso amargarte el disfrute de un fin. Pero en circunstancias normales no se es feliz o infeliz porque sí, salvo que tengas un desequilibrio químico en el cerebro (los depresivos crónicos, los bipolares, etc.)

A lo mejor es que soy muy pragmático, o mi mente es demasiado científica. Pero puedo asegurar que yo no soy feliz, sé perfectamente los motivos y todos se cualifican en “qués” y “cómos”.

DeZeta dijo...

Siento que digas que no eres feliz. Pero siento más que sepas por qué no lo eres y no puedas/sepas cómo cambiar esa situación.

Se supone que somos felices consiguiendo objetivos. Los 'qués' son los objetivos: dinero, trabajo, casa, pareja, estabilidad, etc. Los 'cómos' son la forma de conseguirlos: triunfando en el trabajo, educando a tus hijos haciéndolos buenas personas, siendo una buena pareja con amor y entrega, etc.

Sin embargo seguimos sin ser felices aún haciendo y consiguiendo lo que nos han dicho que nos da la felicidad, complicándonos la vida buscando caminos o recetas para conseguir esos objetivos. Seguro que te has encontrado a miles de personas deprimidas con las que te preguntas por qué coño no son felices si lo tienen todo.

Lo veo demasiado horizontal, una sucesión de acontecimientos, una fórmula o receta que nos asegura que seremos felices. El hecho es que seguimos sin serlo.

Hablo de entenderlo de otra forma, llámalo "metafelicidad", de sentirse feliz de forma vertical, en todos los aspectos de la vida. Se es feliz o no, da igual lo que tengas, lo que hagas, o con quién estés. Creo que va más como actitud hacia la vida, aunque de eso no estoy seguro, porque ocurren desgracias todos los días que no podemos controlar

Hace cientos de años, el que poseía más tierras, grano o esclavos se supone que era el más feliz. Ahora es el que tiene el móvil más moderno, el trabajo estable o la casa pagada. Al final sólo son cosas. Yo soy más de "pan y cebolla" por fuera, aunque construya catedrales por dentro. Por ahí van los tiros