Nunca he dicho “esta canción es la mejor” o “es mi favorita”, más que nada porque sé que tarde o temprano me acabaría cansando o la acabaría quemando. Pero lo que sí me atrevería a decir es “en la banda sonora de mi vida, esta canción sonaría”. Así que, completamente dispuesto a acabar esta entrada del blog lo antes posible, me dispuse a apuntar rápidamente canciones que aún resuenan en mi memoria. De nuevo, en qué hora…
Cuando llevaba más de cien decidí parar y empezar de nuevo, porque me estaba dejando llevar por lo que me gusta y no por lo que realmente pretendía, formar la banda sonora de mi vida. Decidí poner ciertos límites:
- Sin canciones españolas, más que nada porque eso va a dar para otro post. Además, cierto individuo llamado Búnbury estaba acaparando buena parte de la lista
- Limitar una canción por grupo, independientemente de si es versión o no
- No más de diez, conceptualizando como “banda sonora” los límites habituales de un disco y la capacidad de aguante de quien lo escucha
- Debe ser música que me haya acompañado en algún momento importante, que ponga sonido a mis recuerdos de esa época, sin importar su comercialidad
- Y, por supuesto, música que me siga gustando, que no haya quemado (demasiado) y que pueda escuchar ahora y siga sintiendo un escalofrío
Sadgasm, el grupo que inauguró el grunge |
1º One step beyond – Madness
Mis primeros recuerdos infantiles tienen este ritmo de fondo. Mi hermano pinchaba esta canción una y otra vez y recuerdo que se la pedía como “la del saxofón”, mientras empezaba a sentir cómo vibraba mi cuerpo al ritmo endemoniado del ska de Madness. Debió ser muy divertido ser un adolescente en esa época.
2º You’ve got to hide your love away – The Beatles
Harto de la música disco de los 80, de la electrónica de los Pet Shop Boys y de escuchar radio fórmula, casi sin querer empecé desde el principio. De verdad que no me gustaba la música de la época, no era snobismo ni nada. Volví al rock and roll: Chuck Berry y demás movían mis pies, pero las tenía tan oídas que seguí adelante hasta llegar a los Beatles. El disco rojo y el azul, prestados por un compañero de clase, me abrieron los ojos al mito en vida del grupo que cambió la música popular para siempre, con el eterno John separando el buenrrollismo del grupo desde el principio. Mi canción favorita de siempre. Tuve el honor de ver a Elvis Costello este verano interpretándola, delicioso.
3º All along the watchtower – Jimi Hendrix
Lo bueno de tener hermanos músicos es que de vez en cuando te pueden prestar joyas casi desconocidas. Andaba empezando a tocar la guitarra y llegó a mis oídos este despropósito (que superaba de aquí a Lima al original de Dylan) interpretado veinte y pico años antes por este genio total zurdo, que murió ahogado en su propio vómito después de inventar absolutamente todas las técnicas de interpretación actuales con su guitarra, mérito aún no superado. Lo primero que hice cuado fui al Hard Rock de Londres fue fotografiar la guitarra que quemó en Woodstock. Ahí lo dejo
4º There is a Light that never goes on – The Smiths
Andaba quejándome a otro de mis hermanos de la basura que era el single de Mikel Erentxun de su primer álbum en solitario, no me extrañaba que Morrisey le hubiera dado plantón en su presentación en Londres. No tardé en confirmar minutos después, y tras oír el original de manos de mi hermano, lo acertado que estaba con mi apreciación. Letra, música, cadencia y producción en estado de gracia. Canela fina para un adolescente que llegaba con quince años de retraso a los Smith.
5º One – U2
Aquí poco hay que decir, fue un amor a primera vista. La primera vez que la oí, antes de que terminara supe que la amaría para siempre. Ni siquiera las ridículas autoversiones posteriores con intérpretes femeninas han conseguido que la odie. Somos uno, pero no somos iguales.
6º Sweet child ‘o mine – Guns ‘n roses
Aquella primavera del 92, un amigo accidental del cole pretendía que me gustara Metallica, y empezó la lección con Saratoga. Ahí pensé que nunca entraría por el heavy metal, mientras me tapaba aterrado los oídos. Como último recurso, me puso a “este grupo que es más blandito”. En mi cabeza resonó la intro imposible de Slash en los límites del mástil de su guitarra y empecé a prestar atención. “Coño, un ruido que me gusta”, pensé, y le pedí prestada la cinta. Ese verano casi enloquezco cuando se la pedí al DJ de la cutre discoteca donde intentaba pasar la noche y la puso. Me había enganchado.
7º Wonderwall – Oasis
En una convulsa época de cambios amorosos, con la seguridad de que había metido la gamba, aunque no encontraba dónde, ese otoño del 95 Héroes del silencio sacaba su último álbum presentable y Oasis, ese grupo de hooligans que me habían enganchado en el Maravillas, sorprendía a propios y extraños con esta preciosidad. Canción que me acompañó durante mucho tiempo y borracheras, haciendo cosas muy raras en mí. Que yo sepa, es la canción más rápida en ser versionada, ya que, a los dos meses de sacar el disco, ya tenía su inútil versión en la efímera modalidad lounge.
8º Since I’ve been loving you – Led Zeppelin
Nunca hubiera creído que cuando Page y Plant sacaron su supuesto acústico de la MTV con el mítico “No quarter”, descubriría a mi grupo favorito de música. En aquél momento, para mí eran dos vejestorios con mucha caña, pero, madre del amor hermoso, estaba abriendo la caja de Pandora. Ahora soy el orgulloso poseedor y escuchante constante de toda la discografía de Led Zeppelin. Esta canción en concreto suena entre recuerdos de playa y nuevas esperanzas. Page dándole patadas a la Filarmónica de Londres en Egipto mientras me dejaban sin aliento.
9º Breaking the girl – Red hot chilli peppers
Maldita Telefónica y maldita FNAC, que juntas me abrieron las puertas del funky californiano. La primera por un anuncio en el que sonaba “Under the bridge” en la primavera del 99, y la segunda por poner este maravilloso disco a 600 pesetas. “Blood sugar sex magik” amigos, 72 minutos de un no parar de bailar (y que recomiendo encarecidamente en sesiones de buen sexo, aunque haya que levantarse a ponerlo de nuevo). Aunque es complicado quedarse con una de las 3 ó 4 canciones brillantes de este disco, elijo esta, la más lenta, por la fuerza que tiene.
10º Thrill is gone – BB King y Gary Moore
Es que tiene que ser solamente esta versión, ni la original del Dios BB King ni cualquier otra versión. Ésta. Un directo en estado de gracia en el que se enfrentan maravillosamente la técnica con el sentimiento, satisfaciendo todos los paladares. Sólo déjate llevar y recupera la pasión que se ha ido (pero ten cuidado no te caigas de la bañera como me pasó a mí)
BONUS TRACK
11º Sympathy for the devil – Rolling Stones
Como los buenos, añado un bonus track que, como soy tan generoso, no limito a la edición coleccionista. Ni la versión de los Guns ‘n Roses ni ostias (que está de puta madre, pero no es lo mismo), la original de los Rolling suena en cada uno de mis cumpleaños desde hace muchos años. Es mi auto regalo, para recordarme que por muchos años que cumpla, si todo va mal siempre le puedo vender mi alma al diablo y así terminar de estropearlo todo.
Próximamente, Las diez canciones en español de mi vida